Obsesiones del alma

Una mañana me levanté triste. Tenía un pensamiento repetitivo que me traía angustia y por más que oraba y trataba de entregárselo al Señor no podía. Oraba y buscaba su presencia y nada pasaba. Leí su Palabra, busqué versículos, oré en lenguas… No dejaba de sentir aquella tristeza por causa de un pensamiento repetitivo en mi mente. Fui a llevar a mi hijo a la escuela y cuando venía de regreso una frase salió verbalmente de mi boca sin yo pensarla. Dije audiblemente: «Echo fuera la obsesión del alma». Solo pronunciar la frase fue suficiente para que un fuego indescriptible comenzara a correr por mi cuerpo y en medio del corto camino a casa, su Espíritu Santo me llevó a una poderosa oración para liberarme de aquellos pensamientos obsesivos, repetitivos que me estaban atormentando. Realmente sentí su poder libertador!!!
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Me atrevo a compartirlo para decirte que mientras estamos en este mundo la batalla sigue. ¡No hay nadie exento de batallas! Pero en esta hora si estas batallando con una obsesión del alma, identifícala y llévala cautiva a la presencia de Dios donde nada se sostiene. Nunca más la obsesión ni los pensamientos repetitivos tocarán tu mente ni la mía, en el nombre poderoso de Jesús. Amen!

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